Las materias primas que posteriormente serán modificadas y transformadas en un producto final, deben ser molidas hasta lograr la granulometría deseada.

Las materias primas molidas junto a los demás ingredientes, se pesan y mezclan en ciclo continuo alcanzando la homogenización óptima de la mezcla.

Previo ingreso al extrusor, la mezcla es tratada con flujos regulados de agua y de vapor a presión. El dosificador, regula el caudal de ingreso al extrusor.

La mezcla ingresa al extrusor donde se expone a un proceso termofísico, aquí se eleva la temperatura y la presión lo que permite gelatinizar almidones y texturizar las proteínas. La harina tratada sale por el extremo del extrusor a través de diferentes matrices y a una temperatura aproximada de 180ºC. Finalmente el producto es cortado por cuchillas que giran a altas revoluciones dando, de esta manera, la conformación requerida.

El producto semisólido es transportado neumáticamente hacia el equipo de secado. En esta etapa, el producto recibe corrientes de aire caliente en las dos primeras secciones y de aire frio en la etapa final de enfriamiento.

Mediante el pasaje por un banco de cilindros estriado o molino de martillos, se realiza la molienda controlada del producto hasta alcanzar la granulometría deseada.

Según las especificaciones del cliente, el producto pasa a través de diferentes tamices hasta lograr un producto final de tamaño homogéneo.

Se realiza mediante un sistema automático de fraccionado en bolsas de de papel Kraft o Big Bags.